El videoclip de Araknidoa de la banda La Sagrera es una oda al espíritu do it yourself, concebido desde el inicio con la intención de lograr un resultado deliberadamente casero y analógico. Lejos de buscar una producción pulida o digitalmente perfeccionada, el equipo apostó por una estética cruda y artesanal, donde los errores, las texturas y el desorden visual forman parte esencial de su identidad.
Para ello, se recurrió a técnicas de grabación de baja fidelidad, efectos prácticos y recursos manuales como la fotografía analógica que evocan la espontaneidad de los vídeos caseros de antaño. La iluminación improvisada, el uso de formatos físicos y una puesta en escena desprovista de artificios refuerzan ese aire de inmediatez y autenticidad, alineándose con el espíritu de la banda y su sonido.